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El día
Treinta y uno (31) de Diciembre del Dos Mil Diecinueve (2019) me encontraba a
las afueras de mi ciudad, celebrando y esperando el año nuevo; como es
costumbre se añora un año de éxitos, triunfos, salud, bendiciones y prosperidad.
Entre lágrimas extrañaba a mi amigo Fabio Chávez Bustos (QEPD) Ese año falleció,
gran amigo, catedrático y abogado, mientras celebraba la llegada del año nuevo,
en el otro extremo del mundo en Wuhan-China está cobrando fuerza el enemigo de
la humanidad y para ser más precisos de nuestra salud y profesión, conocido
mundialmente como el covid-19. Se acabo toda celebridad y el día Once (11) de
Enero del Dos Mil Veinte (2020), volvemos a labores, comienzan las audiencias,
la adrenalina de llegar a un estrado judicial, de ir de un juzgado a otro, de
viajar a diferentes lugares de Colombia, de recibir insultos de la contraparte,
de escuchar los malos tratos de nuestra profesión y a veces agresiones e irrespeto
de algunos funcionarios judiciales, recibir llamadas de clientes desesperantes,
lo digo en el sentido de no poder contestar y hacen seis o más llamadas
perdidas de manera permanente, como dice contesta o contesta, también el famoso
cliente que cree que uno está disponible a las veinticuatro (24) Horas al día.
Siempre me decía ojalá llegue el viernes para poder descansar de todo este
estrés ya que litigar no es fácil, podría decir que es el arte más difícil de
nuestra sociedad. A pesar de llegar de vacaciones de diciembre, añoraba un
pequeño descanso y ustedes dirán que descarado, acabó de llegar de diciembre y
ya quiere un descanso, pero les informo tratar con personas es lo más difícil
que uno puede realizar.
Cosas
del destino se cumplió lo que deseaba y hoy en día me arrepiento de dicho deseo,
se cumplió el día Dieciséis (16) de marzo de dos mil veinte (2020) mediante
acuerdo PCSJA20-11519 se decretó la suspensión de términos judiciales,
suspensión que aún hoy no ha cesado, se aproxima el mes de junio y seguimos en suspensión,
los ahorros se están acabando, abro mi billetera y tengo cinco mil pesos
($5.000) escucho de mis vecinos que el gobierno está destinando partidas económicas
y que lo puedo reflejar en daviplata, digito constantemente y el saldo es
ceros, se me olvida que ante el gobierno Colombiano y en su registro aparezco
como profesional del derecho y creo que por ese hecho no hay auxilio alguno, el
hecho de ser abogado es sinónimo de ¨riqueza¨. Me pregunto ¿porque mis vecinos
de estratificación alta y algunos son empresarios, fueron beneficiados de
dichas ayudas? Aún me hago dicha pregunta o ¿será que los abogados litigantes
no tenemos necesidades?…
Nuestros
litigantes a nivel nacional estamos en apuros, es lamentable como suplicamos
ayudas, interponemos tutelas y todas son negadas y en estos días veo de una
manera reprochable que un juez de la república invoca el mínimo vital y es
amparado mediante la sentencia T 76001-33-33-002-2020-00063-00 proferida por el
juzgado segundo administrativo de oralidad de la ciudad Santiago de Cali-Valle
del Cauca.
El
gobierno nacional nos desconoce, hace unos días realicé una carta a la
presidencia de la república a nombre de ALIANZA ABOGADOS COLOMBIA, carta
que con anterioridad la di a conocer a nuestro selecto grupo de estudiantes y
abogados y la respuesta fue en pocas palabras de adquirir créditos bancarios
como independientes, me pregunto de nuevo ¿si con anterioridad, ante una entidad
bancaria uno informaba la profesión de abogado y por ese hecho se negaban los créditos,
será que en plena pandemia nos aprueban un crédito?, ¿si los bancos no les
prestan a pequeñas empresas, será que a nosotros los litigantes si?
El CSJ
tiene el poder para ayudarnos y hablar con el gobierno nacional, pero nos desconoce
a pesar de que nosotros los litigantes, somos la razón de ser de la rama
judicial, que sería de un funcionario judicial si no existieran los abogados… solo
somos visibles en momentos de sanciones o investigaciones disciplinarias.
Señores
todo es un caos y prefiero volver a la etapa donde sonaba constantemente mi
celular, sacar turnos y esperar para radicar una demanda o tutela, hacer fila
para entrar a un ascensor y después bajar por las escaleras, de ver estados
judiciales, de estar en una audiencia y sentir esa adrenalina, de compartir anécdotas
y tomar un tinto a las afueras de los complejos judiciales con otro togado. No
es lo mismo estar en una audiencia virtual que estar de manera presencial.
Estamos en crisis y esperamos prontas soluciones.
Señores Asonal, C.S.J, Ministra de
Justicia Margarita Cabello Blanco, Señor Ivan Duque Marquez. Los abogados
litigantes existimos, somos parte de Colombia, defendemos Derechos y hoy nos
violan nuestros Derechos. Estamos pasando necesidades y es justo un auxilio
oportuno
Autor Alexander Parrado
Gerente General de Alianza
Alianzadeabogadoscolombia@gmail.com fijo 6094619 y celulares 3213499928, 3146605273,
3507063946, 3145620858
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